Si nuestra vida estuviera en perfecto balance, todas nuestras posesiones o bien serían herramientas para nuestra vida diaria (utensilios de cocina, coche, muebles…) o bien añadirían valor positivo y estético. Es decir, que todas ellas tendrían un propósito. Es muy difícil no sucumbir al consumismo de vez en cuando, pero cuando sintamos esa tentación, deberíamos…